LA MEMORIA DE LOS ÁRBOLES
Proyecto de intervención colectiva en el C.E.I.P. La arboleda de Murcia.
Eva Sanchez-Crespo Romero.
Mario Rubio Noheda.
Profesores de Educación Plástica y padres de alumnas del colegio
Desde que nuestras hijas llegaron al colegio, nos interesamos por la posibilidad de crear un proyecto colectivo para que todos los niños que estudiaran el él, dejaran alguna impronta de su paso, que sirviera tanto para dejar memoria de su estancia en el colegio, y de la de sus compañeros de generación, como para que los niños pudieran tener un recuerdo de esa etapa tan importante de su vida.
Para dar forma a este proyecto, partimos del nombre del colegio, y de las sugerentes connotaciones que evoca, así como de la ironía de que un colegio que se llama “La arboleda”, tenga tan pocos árboles.
Así que, nuestra primera idea fue que el aporte individual a este proyecto colectivo, fuese encaminado a crear ese bosque que nos da nombre, aunque fuese de forma conceptual.
Como este año es el primero en que va a salir una generación de niños, pensamos con la directora que sería oportuno iniciar el proyecto, involucrando en él a todos los niños que ahora cursan 6º de primaria.
ESTRUCTURA DEL PROYECTO
Como inicio del proceso de trabajo, cada clase, o cada generación, dependiendo del tamaño que queramos que tenga el resultado, elegirá un árbol que les sirva de referencia, por sus implicaciones simbólicas, el arraigo en la zona, vistosidad, elegancia… y seleccionarán un contenido para desarrollar dentro del árbol, dentro de la amplia gama de temas transversales que tratan en el colegio, ya sea la paz, la igualdad, los derechos humanos etc, que será desarrollado en clase con sus profesores, en forma de debates, charlas, dibujos, actuaciones, de forma que se convierta en la idea que les aglutine como generación.
Una vez elegido el árbol, se busca una imagen de esa especie, puede ser por Internet, un ejemplar especialmente simbólico de la zona, o cualquier otra razón que lo haga particularmente entrañable.
Esta imagen se pixeliza por ordenador, de forma que quede partido en cuadrados, uno por niño, y con los colores también pixelizados para facilitar el trabajo posterior.
Con el boceto ya realizado, se pasa a la parte física del proyecto. Como muestran las imágenes, estos árboles irán arraigando año tras año en las fachadas y espacios exteriores del centro, y estarán construidos con azulejos de 15x15 cm, o 20x20 cm.
Para la fase práctica del proyecto se comprarán azulejos blancos, o en bizcocho (sin ningún tipo de color o esmalte) y se pintarán con barnices cerámicos con los colores base del árbol elegido, para ser cocidos a continuación. Con ello, obtenemos la imagen del árbol en un material muy resistente a la intemperie. La ejecución de esta fase del trabajo estará a cargo de un grupo de padres y madres voluntarios.
En la siguiente fase, cada niño recibirá uno de estos azulejos y otra vez con barnices cerámicos, dibujarán en su pieza particular un dibujo ilustrativo del motivo elegido para ese árbol, sobre todo con dibujos a base de líneas sin grandes manchas de color, para que no se pierda demasiado el color inicial de la pieza, a lo que añadirán su nombre y la fecha de ejecución, y volverán a ser horneados para adquirir la durabilidad deseada. Esta fase del trabajo tal vez se pueda hacer en clase de Plástica.
La fase final, que coincidiría con el final de curso (se puede inaugurar el día de la fiesta de final de curso) es la colocación del árbol en el lugar elegido, para lo que habrá que contar con algún o algunos especialistas en albañilería y asegurar así, que el resultado es duradero y de calidad.
Con este trabajo, conseguimos que cada generación que culmine sus estudios de primaria en el colegio tenga una obra que les de cohesión, al tiempo que recoge su impronta personal, para recuerdo de futuras generaciones y memoria personal, que sella el apego que se desarrolla por los colegios, donde pasamos buena parte de nuestra infancia.
Eva Sánchez-Crespo Romero
Mario Rubio Noheda