DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO
Esta intervención se sitúa en el paraje de “la huertona”, más concretamente en el espacio vacío situado en la zona norte, de forma trapezoidal, con medidas de 77,97x34, 74x14, 48 m.
Se ha elegido este emplazamiento, por que ofrece una interesante síntesis, entre el espacio natural, representado en la arboleda de la parte alta (S/O a N/E) poblado con especies autóctonas, y de sotobosque de crecimiento “paranatural”, y el espacio “humanizado” que toma forma en el terreno ajardinado de la parte inferior, con la misma orientación que la anterior. Entre ambos se plantean dos de los grandes modelos de espacios ajardinados:
-El que semeja condiciones naturales (jardín inglés).
-El que refleja espacios racionalizados (jardín francés).
La intervención que presentamos tiene como eje argumental este “enfrentamiento” entre el jardín de montaña, que desciende desde las laderas de la sierra, y el vivero humanizado y ordenado que sube desde la ciudad, y que se refleja perfectamente en este entorno en particular.
Tal confrontación, en la instalación adquiere la forma de un tablero de ajedrez, de 20x20 m de lado, donde las casillas ya reflejan el enfrentamiento de partida:
-Los escaques negros de 250x250 cm. Han sido sustituidos por arbustos y plantas herbáceas autóctonas como Aliaga, Retama, Salvia, Espliego, tomillo, cantueso, Aulaga, helecho…
-Los escaques blancos, serán baldosas de cemento, evidentemente de 250x250 cm., donde en vez de encontrar plantas reales, aparecen sus nombres grabados en hueco relieve , y son también de carácter arbustivo, haciendo referencia a las plantas sometidas al ecosistema urbano. Así encontraremos “escritas” especies como Romero, Lilas, laurel, Durillo, Aligustre, rosal, Bonetero, Vinca, Jazmín…
Sobre este tablero, campo de juego y terreno de confrontación, se desarrolla una partida de ajedrez, ya iniciada, y posiblemente sentenciada, donde las fichas blancas ( como las casillas blancas) que representan a la naturaleza sometida, tienen acorraladas ( ajedrecísticamente hablando) a las fichas negras, que como los escaques del mismo color son las valedoras del mundo natural.
Estas fichas, necesariamente están representadas por los protagonistas reales del enfrentamiento, y así en el campo natural, se alinean árboles reales, situados en los escaques que les corresponden en la partida, es decir, plantados físicamente en su posición de juego.
En el equipo humano, estos árboles han sido reducidos a conceptos de si mismos:
-Los troncos han sido sustituidos por pilares de hormigón con forma de lápices de sección hexagonal, de30 cm. De diámetro por 270 cm. De alto, que soportan, a modo de escritura aérea, como si fueran las líneas escritas por esos lápices, los nombres de los árboles que representan. Así un abeto, sería esto mismo: ABETO, el sujeto real, ha sido sustituido por su caligrama, físicamente fabricado con ferrallas utilizadas en la construcción, hasta alcanzar la altura real de su árbol- referente natural.
En el punto en que se encuentra la partida, ya han sido eliminadas unas cuantas piezas, y por el bando natural todavía juegan:
- 4 peones (encinas).
- 1 reina (sabina).
- 2 torres (pinos albares).
- 2 caballos (acebos).
- 2 alfiles (manzanos).
Por el bando conceptual:
- 4 peones (espinos).
- 1 rey (olmo).
- 1 reina (acacia).
- 2 torres (cipreses).
- 2 alfiles (abetos).
Asi la partida, las fichas blancas ocupan la parte sur del tablero, y las negras la norte, y dado el desnivel (aunque no muy pronunciado, existente) que presenta el terreno donde se instalaría, se podría ver la partida desde la parte sur del terreno, al tiempo que se puede transitar por el damero y sentir con más intensidad, la tensión de la partida y las fuerzas, que aunque inmóviles, andan sueltas por el campo de juego.
Tal y como se está desarrollando la partida, todo parece indicar que el resultado final se inclinará a favor del campo humanizado, y de continuar, así sería, pero el concepto de la jugada, al igual que el concepto de árbol y el de casilla humana en clave de escritura, aparece ahí, parado, estancado, en principio enunciado y construido del todo, mientas que el bando natural, carente de concepto, sigue creciendo, por que está vivo, y si bien la estrategia presagia su derrota, el tiempo juega a su favor, y con su transcurso cubrirá de sombra el campo contrario.
Finalmente, quiero hacer una referencia al otro gran juego que atraviesa la huertona: El camino de Santiago, como atestiguan las flechas amarillas que marcan la senda, que es de paso, es de visita y es de reflexión, tanto interior como exterior, por lo que haríamos pasar las flechas por el tablero, para que el caminante se haga eco de la gran batalla que allí se libra.
Intervención paisajística en Navacerrada