Sin cabeza, sin corazón, con miedo

 
 

En los tiempos de regresión y oscurantismo que la crisis nos ha metido, la tijera llega a todas las facetas de la vida. Desde luego la educación no va salir bien parada del azote de las hordas de la privatización y el atontamiento general. Menos aún el arte en general y las enseñanzas artísticas en particular. Reflexionando sobre este tema, convine en que la intención de nuestras autoridades educativas es crear individuos sin cabeza, sin corazón y a cambio con mucho miedo. Así lo intento visualizar en estas fotografías que realicé de situaciones cotidianas de un centro de enseñanza a las que luego quité todo vestigio de carne humana, convertidos ahora en fantasmas de si mismos , autómatas sin alma.

Lógicamente tuve que explicar a los fotografiados que iba a hacer con las fotos, lo que nos sirvió como reflexión colectiva y acto de concienciación.