Tierra de nadie

 
 


Las relaciones entre  países, grupos raciales o culturales (sean amistosas o conflictivas), revisten un sinfín  de matices, ramificaciones e implicaciones de todo tipo: económicos, culturales, sociales, religiosos…en los que cada grupo crea una identidad que se convierte en definición de cada uno frente o al lado del resto y bajo todas las afirmaciones patrias aparece la tierra propia, el terruño que nos crea la “sensación de pertenencia “ a un lugar, a un país…como esencia matriz de lo que somos.




Este trabajo parte de ese concepto básico (la tierra, el suelo natal, la referencia última) para crear un espacio nuevo, esquematizado de unión, reflexión y conflicto, mezclando tierra de todos los países que bordean el mediterráneo para crear un espacio que sea tierra de nadie, o tierra de todos, para lo que se pedirá a las embajadas respectivas que  envíen un saco de 50 kg. tierra originaria de cada sitio (no expresamente agrícola), que se mezclará en un espacio circular construido al efecto , (jardín o coso) sin lados, sin esquinas, sin localizaciones previas, donde todas pierdan su carácter original (de origen, de símbolo raíz) y se conviertan en parte de un experimento de reflexión.


Una vez que las tierras se han mezclado, se instalará un sistema de riego para comprobar qué es lo que germina en la mezcla, qué plantas cuyas semillas viajen dormidas y sin papeles en los sacos terreros florecen en ese medio, de donde son, qué conflictos o simbiosis crean entre ellas.



Posiblemente sean malas hierbas, no consideradas como útiles o bellas, pero que están el germen de esas tierras y dicen más de nosotros y nuestros vecinos que todos los tratados de botánica que los social pueda generar.




Estaríamos por tanto, ante un jardín cuya belleza no radica en la composición floral que lo adorna si no en el concepto que lo anima. Como una sopa, su sabor es su sentido y la riqueza de sus aromas evoca los orígenes de sus ingredientes, y la fusión de texturas gustativas, la sabiduría de la receta.




Jardín político, donde las relaciones entre las partes no están definidas, si no que es la lucha, la fusión, la simbiosis de las tierras la que va a definir el aspecto exterior de un jardín eminentemente interior. Jardín en proceso, nunca acabado pero siempre definido.



Ficha técnica:


Tamaño: círculo de 3/4 m de diámetro, que se puede adaptar dependiendo de la ubicación. La altura del círculo oscila entre los 30 y los 50 cm, dependiendo de la cantidad de tierra recibida.


Ubicación: En principio se puede adaptar a cualquier exterior, sea jardín, calle, plaza o interior con buena iluminación natural para facilitar el proceso de fotosíntesis (p.e. el claustro de la facultad de Derecho), y que tenga acceso a una toma de agua para la instalación de un sistema de riego por goteo. En el caso de ubicarse en un parque público, puede utilizar el sistema de riego ya existente.


Memoria Técnica y plan de trabajo:


-Petición de tierra a las embajadas de los países que bordean el mediterráneo, explicando a los agregados culturales el sentido del proyecto y su justificación dentro de una Bienal como Manifesta 8.

-Recepción y almacenamiento de los sacos de tierra, proceso que será documentado fotográficamente.

-Construcción del coso, utilizando material plástico para recubrir el suelo y así facilitar su posterior desmantelado, y mampostería enlucida para el murete de contención.

-llenado de tierra e instalación del sistema de riego.





-Colocación de paneles explicativos, de tal forma que los transeúntes puedan entender y apreciar el sentido del trabajo.

-Documentación fotográfica de las transformaciones que sufra el jardín.


Jardín en proceso, nunca acabado pero siempre definido.